Algunas ideas para pensar los FinCEN Files

Por Agustín Carrara

Miembro del Comité Directivo del CIPCE

¿Qué son los FinCEN Files? 

Se trata de una investigación periodística de más de un año de duración que se dio a conocer ayer, domingo 20 de septiembre. Fue liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), a partir de cientos de documentos confidenciales de la unidad antilavado estadounidense que fueron obtenidos por BuzzFeed News y compartidos con 108 medios asociados, entre ellos Infobae, La Nación y Perfil, de Argentina.

Los documentos incluyen más de 2.100 reportes de operaciones sospechosas (SAR, por las siglas en inglés; el equivalente a los ROS en Argentina). Estos reportes son elaborados por bancos y otras instituciones, a partir de los deberes que les imponen las legislaciones antilavado. Uno de esos deberes implica avisar a las autoridades cuando detectan una operación que, en base a ciertos indicadores y señales de alerta, generan la sospecha de que pueda tratarse de un caso de lavado de dinero. Esos reportes, que en Argentina se envían a la Unidad de Información Financiera (UIF), en Estados Unidos se envían al organismo equivalente: la Red de Control de Delitos Financieros del Departamento del Tesoro (FinCEN, por sus siglas en inglés).

¿Cuáles son algunas de las principales conclusiones que arrojó esta investigación?

● “Los bancos procesaron transacciones de manera rutinaria sin conocer la fuente o el destino final del dinero, a menudo hacia y desde compañías fantasmas radicadas en jurisdicciones secretas, en transacciones con posibles vínculos con el lavado de dinero y la corrupción. El análisis también encontró retrasos desde el momento en que se realiza una transacción sospechosa hasta la presentación de un reporte de actividad sospechosa por parte de los bancos” (Perfil)

● “Las entidades bancarias podrían servir como un cuello de botella, cortando el flujo de dinero ilícito en todo el mundo, o al menos, los giros a empresas pantalla anónimas. Pero los archivos de FinCEN sirven para mostrar cómo los bancos encargados de detener la actividad sospechosa, se benefician enormemente de ella” (Infobae).

● “El material también expone cómo poderosos y peligrosos personajes movieron millones de dólares por cinco de los principales bancos globales -JPMorgan, HSBC, Standard Chartered Bank, Deutsche Bank y Bank of New York Mellon- incluso después de que las autoridades de Estados Unidos multaran a estas mismas instituciones financieras por fallas a la hora de contener los flujos de dinero negro” (La Nación).

Algunas ideas para pensar los FinCEN Files

1. Este tipo de investigaciones nos generan insumos fundamentales para seguir comprendiendo cómo se configura la criminalidad económica en general y el lavado de activos en particular. En ese sentido, el trabajo de estos equipos de periodistas es muy valioso para contribuir a las políticas de prevención y persecución de estos delitos. Gracias y felicitaciones a todos/as ellos/as.

2. No es una novedad que los bancos y otras instituciones son los principales facilitadores del mercado de servicios offshore que gira en torno a los paraísos fiscales. Esta investigación remarca la importancia de seguir pensando un problema fundamental: los sistemas de prevención del lavado -en su configuración actual- dependen en gran medida del accionar de los mismos actores que facilitan estas maniobras criminales. 
Los distintos tipos de reporte (sobre todo, los reportes de operaciones sospechosas) siguen siendo el pilar fundamental de estos sistemas, junto con otros deberes que se imponen (por ejemplo, no realizar operaciones si no se conoce con precisión la identidad del cliente). Básicamente, los Estados le indican a los bancos y otros actores que deberán perderse ciertos negocios por la potencialidad criminal que hay detrás de ellos. El pedido es razonable y no estoy seguro de que exista una mejor forma de diseñar el sistema a grandes rasgos. Pero el problema de base sigue existiendo: pretendemos, en alguna medida, que unos lavadores nos ayuden a atrapar a otros.

3. En todos los mercados criminales se entremezclan actividades lícitas e ilícitas, con actores que en muchas ocasiones se dedican a ambos negocios. En el mercado que aquí estamos analizando, no se trata de cualquier actor, sino de las entidades financieras más poderosas a nivel global. Son los bancos que integran la lista de las corporaciones transnacionales con mayor capacidad de influencia en la economía mundial.

En ese sentido, a lo dicho en el punto anterior se suma otro problema: pretendemos regular, supervisar y eventualmente sancionar a organizaciones que han sabido construir un poder capaz de condicionar seriamente a los Estados. Más aún, se trata de actores que durante décadas han protagonizado procesos de captura institucional de los Estados.

4. Estos y otros factores llevan a una conclusión ya conocida: el preocupante rol de los bancos y otras instituciones se complementa con un desempeño ineficaz y cómplice de los organismos públicos. No nos referimos aquí a operadores/as puntuales de estos organismos y no desconocemos que cada organismo es una realidad distinta. El punto es cómo funcionan en general los sistemas de prevención y persecución de la criminalidad económica. 

Como señalan Fitz Patrick y Crucianelli, “si bien las autoridades de Estados Unidos exigen a los grandes bancos a reformar sus prácticas, y los multan con cientos e incluso miles de millones de dólares, terminan aprobando acuerdos laxos que difieren el enjuiciamiento de los bancos y no avanzan en la acusación de los ejecutivos responsables. Así perpetúan el status quo al imponer multas por no prevenir acabadamente lavado de dinero, que terminan siendo una fracción de las ganancias obtenidas”. En otras palabras, del “too big to fail” al “too big to jail”.

5. A esta impunidad jurídica se le suma una inmunidad social, con matices que varían según cada país. Es cierto que en Argentina solemos mirar con desconfianza a los bancos. Pero también es cierto que la mayoría de las personas no piensa en las instituciones financieras cuando escuchan conceptos como “crimen organizado”, “organizaciones criminales” y otros similares.

¿Quién define qué organizaciones son “criminales” y cuáles ganarán los premios otorgados por las elites? ¿Cómo se construye ese prestigio que evidentemente no depende del cumplimiento de la ley? 

6. Por todas estas razones, los FinCEN Files tienen que servir en dos niveles. En un nivel micro, para que los casos allí expuestos sean investigados y sancionados. En un nivel macro, para repensar el funcionamiento de los sistemas antilavado, con especial énfasis en el rol de los organismos de control y supervisión y de la justicia. Esto implica, entre otras cosas, pensar políticas diseñadas desde y para América Latina.

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